Cómo Unilever y Serioplast desarrollan nuevos diseños de botellas con moldes impresos en 3D

Unilever es una de las mayores empresas de bienes de consumo de alta rotación del mundo, por lo que está desarrollando constantemente productos nuevos de uso cotidiano, en ámbitos como el cuidado personal, la atención domiciliaria y la nutrición, entre otros. Es bastante probable que haya alguno de sus productos en tu hogar ahora mismo, ya que marcas como Dove, Domestos, Cif, Knorr, Axe (Lynx), Ben & Jerry’s y decenas de otras marcas globales o locales son propiedad de Unilever. 

El método más habitual para producir productos de plástico como los recipientes de comida y bebida, los envases de cosméticos y los embalajes médicos es el moldeo por soplado, un conjunto de técnicas de producción en masa rápidas y de eficacia probada para piezas de alta calidad con paredes delgadas. El moldeo por soplado tiene tiempos de ciclo muy cortos, que normalmente duran entre uno y dos minutos, y resulta extremadamente rentable para una producción de alto volumen. Se suele utilizar para producir millones de piezas idénticas con un precio por unidad bajo. 

El moldeo por soplado consiste en inflar un tubo de plástico calentado, llamado paresón o preforma inyectada, dentro de un molde hasta que adquiera la forma deseada. Hay tres tipos de procesos de moldeo por soplado: el moldeo por extrusión-soplado (EBM), el moldeo por inyección-soplado (IBM) y el moldeo por soplado y estiramiento (SBM). El SBM se suele utilizar para producir recipientes de PET totalmente transparentes y de alta calidad, como las botellas de agua. 

Los moldes para SBM se han hecho tradicionalmente de metal mediante mecanizado CNC, lo que requiere equipamiento especializado, software CAM y mano de obra experimentada. Por lo general, la producción de utillaje de metal se externaliza a proveedores de servicios que requieren esperas de entre cuatro y ocho semanas y puede costar entre 2000 € y 100 000 € o más, en función de la complejidad de la pieza y del número de piezas por molde. Incluso mecanizar un molde de metal in situ suele llevar seis semanas, ya que requiere varios pasos: un tiempo de espera para que llegue el pedido de materiales, la configuración de CAM y de la máquina, un pulido manual y esperar a que la máquina esté disponible. 

Con la impresión 3D SLA, se puede construir un molde en dos días. Los moldes impresos en 3D reducen el tiempo de espera para iniciar los ensayos piloto de seis a dos semanas, obteniendo al mismo tiempo piezas previas a la producción realistas que tienen una calidad muy cercana a la final y que se moldean usando el mismo material y la misma maquinaria que las posteriores unidades de producción final. Además, los moldes impresos en 3D permiten a los operarios realizar ensayos piloto con múltiples diseños al mismo tiempo. 

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